Acabas de terminar de cocinar. Te sientas en la mesa para comer y el plato desprende un olor tan agradable para tu nariz, como también para la de tu perro. Él se sienta junto a ti (en otras, se sube a tu mesa a oler el plato) y no quita su mirada de tu comida. Podrías dejar pasar esta situación y seguir con lo tuyo, pero no, caes en su tierna mirada y le ofreces un poco.
Esta escena, es un error que se ve repetida en muchas ocasiones. Crees que estás siendo un dueño ejemplar con él, pero lo único que estás logrando es que te vuelva a insistir.
Por suerte, a todo problema siempre hay una solución. Y en esta ocasión es bastante fácil: nunca le des comida cuando te pida. Esto no quiere decir que puedas, en alguna ocasión, darle las sobras de tu cena una vez a la 200. Te repetimos, NUNCA le des.
Por supuesto, cada vez que tengas invitados en tu casa debes avisarles que no importa cuánto él pida, que sigan la regla de no darle de comer (otra solución es, simplemente, no juntar al perro con los invitados).
Por último, no es sólo un tema de “me molesta que me pida comida”. En general, los veterinarios recomiendan no darles comida casera a los perros (salvo que presente un problema de salud específico), debido a que muchos alimentos que nosotros ingerimos tienen un exceso de carbohidratos, lo que puede ser perjudicial para ellos en un largo plazo. Los perros comen de todo, pero esto no significa que todo lo que puedan comer es bueno para su salud.
Pingback: El sobrepeso y la obesidad en los perros | Perritorio